La Farmacia del Pilar fue la primera oficina de farmacia en España en solicitar una apertura ininterrumpida, tras una clara limitación de horarios que perjudicaba al usuario y limitaba el acceso a un servicio de gran importancia. Para poder llegar a conseguir esta solicitud el proceso fue largo y muy tedioso, pero al final la propuesta fue admitida por el Tribunal Superior de Justicia, ya que en ella existía un claro interés comunitario y nada individualista. A lo contrario de lo que defendía el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia por aquellos años.